viernes, 4 de enero de 2013

Hacer el amor


Hacer el amor

Aquí, ahora,
tú eres amada,
profunda y absolutamente amado.
Esta es la presencia de dios
en tu interior,
en tu exterior.
Todo es uno,
ahora,
todo es amor.
Todo es amor.


 

¿Qué sucede cuando amas?

Cuando tú amas, atraes lo externo hacia tu propia esfera de conciencia. Expandes tu presencia para disolverte y hacer de ti un ser nuevo.
Cuando tú amas, no es cariño, cuidado o pasión lo que entregas. Esas son algunas de las sensaciones que producen la apertura y expansión del alma.
Lo que sucede es un crecimiento, porque descubres fuera de ti un pedacito de aquello que tú eres. Cuando dos almas se encuentran, dejan de existir por sí mismas, creando una conciencia mayor.
Cuando amas, el entorno es inclusivo, te permite la expansión.
Se desvanece tu identidad previa porque creces, convirtiéndote en otro ser.
Ninguna sabiduría o conocimiento anteriores resultan apropiados.
Necesitas ser otra, cambiar radicalmente.


El encuentro con tu esencia, con la esfera luminosa que es tu conciencia, despierta un deseo original: amar todo cuanto existe.
Seguir ese deseo es levantar el vuelo, cruzar lo desconocido y perderse en ello.
Eres aniquilada en el amor, y cuando esto sucede, descubres que ya no existes, ¡nace un ser nuevo!
Un solo un instante de ese vuelo mortal, como un pájaro de fuego, supera las expectativas de miles de vidas agarrándote a lo conocido, pretendiendo algo de alguien en algún momento para alcanzar algún lugar.
Las expectativas son falsas. Lo que realmente quieres es perderte, convertirte en alguien desconocido para ti mismo.
Eso es amor verdadero, y no te incluye, porque no existes como un yo inalterable.
Por eso el amor asusta.
Sin embargo, al volar, estás en todo cuanto existe y no existe, naces en cada momento.
El amor viaja con alas de fuego, todo arde en su vuelo y se eterniza, dulcemente entregado al cosmos…….


Siéntete a ti mismo como un soplo de lo uno, de lo único que reposa entre tus brazos ahora y siempre.

Aquí,
ahora,
te acojo en mis brazos,
nos perdemos para realmente encontrarnos,
para amarnos bien.
Volemos juntas.


Mensaje transmitido en Ourense, el 11 de diciembre de 2012