Este nuevo virus es una forma de vida, no
es un enemigo. Como cualquier otro ser que está vivo, podemos aprender y crecer
con ello.
En mi perspectiva nos está alentando en el
desapego.
En una dimensión mental, cualquier virus se
asocia a pensamientos repetitivos, obsesivos; del mismo modo que en la
dimensión física el virus está cómodo en un medio tóxico. Una mente sana es
capaz de neutralizar los pensamientos nocivos, la mayor parte de las veces
simplemente no enganchándose a ellos. De ahí, practicar el desapego respecto a
nuestro contenido mental nos protege en el plano sutil al respecto del
contagio. Igual que estar libre de toxinas hace que el cuerpo naturalmente se
proteja.
¿En qué estoy empleando una
energía mental importante sin retorno alguno?
¿Y si me siento a meditar y le doy una oportunidad al
silencio?
¡Tantas veces las respuestas se muestran más allá de
las palabras!
Además de esto, siguiendo el sentido común, se cancela
mi visita a Bizkaia la semana que viene, porque tanto los masajes como los
viajes son actividades de riesgo ahora mismo, y sobre todo pensando en las
personas más vulnerables, y de acuerdo con Despacio Yoga, preferimos no
contribuir a que este virus se propague tan rápidamente y pueda colapsar el
sistema sanitario.
Estaré allí en cuanto la situación lo permita, ¡muchas
gracias por la paciencia!
Con certeza vibramos juntos cada vez que nos sentamos
a meditar, dejando caer apegos, obsesiones, ascendiendo leves hacia una luz muy
brillante.
Alberto
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